El sentido de la vida
- ElviaJRA

- 8 oct
- 4 Min. de lectura
Hoy vengo a contarte algunas historias personales que se también te han pasado a ti. Tengo un grupo de WhatsApp con mis compañeros de estudios de la Universidad, somos 9 personas y estudiamos juntos hace más de 20 años, así que hemos crecido, hemos madurado, cada uno ha tenido sus experiencias, hemos tomado caminos distintos, aunque de vez en cuando volvemos a este chat y nos reímos igual que hace tanto tiempo.

Hace unas semanas algo ocurrió, no se muy bien que cambió pero nuestras conversaciones empezaron a tener un tono más profundo, más inusual y debo decir que hasta espirituales. Un queridísimo miembro del grupo empezó a hacer preguntas sobre el sentido de la vida, las prioridades, el tiempo, el dinero, la familia y más. Gracias a esas preguntas, se me ocurrió hablarte en este episodio sobre el sentido de la vida
Yo también me he hecho preguntas como ¿Mi vida tiene algún propósito que deba descubrir o un propósito designado por una fuerza más allá de mi comprensión? En ese momento, traté de encontrar respuestas en libros, terapias, cursos, doctrinas, maestros espirituales y más.
Descubrí que las grandes verdades son más simples de lo crees, es aquí donde la mayoría de las personas se decepcionan y rechazan la belleza y el poder de esa sencillez porque es más fácil creer en teorías de conspiración sobre fuerzas malignas o en mitos sobre deidades enfurecidas. La verdad es simple:
Tienes libre albedrío y es inviolable
El amor es la fuerza más grande, es de lo que está hecho todo en el universo y el amor no juzga
Estas dos grandes verdades sugieren que, si tienes libre albedrío, no puede haber un propósito oculto o preestablecido por alguna entidad ajena o externa a ti, pues eres libre de elegir y eso incluye todos y cada uno de tus propósitos, tus metas, tus deseos. Por otro lado, si el amor no tiene juicio, en ningún momento dirá que has elegido mal o incluso que has elegido bien, no tiene escala de valores, solo amor. El amor simplemente ama.
No hay un propósito designado por una fuerza externa a ti, lo que quieras ser, hacer y tener es siempre una decisión tuya, no hay nada preestablecido que descubrir, sin embargo, puedes elegir en cada instante tu creación deseada ¿quién quieres ser? ¿qué disfrutas hacer? ¿qué deseas tener?
Se trata de elegir entre la infinidad de posibilidades y la maravilla de las elecciones es que puedes cambiarlas a voluntad, ahí está el poder que muchas veces asusta. Quizás te preguntarás, pero ¿cómo así? ¿no hay designio divino en todo esto? y la respuesta es no, no lo hay. Hay libertad. Libre albedrío. El designio divino es que puedes elegir, elegir te da el poder a ti, lo pone en tus manos.
Ahora yo te pregunto a ti: ¿qué elegirás como tu siguiente propósito?
Después de todas las búsquedas, exploraciones e introspecciones sobre el asunto del propósito veo esto como planes o proyectos que tú mismo te planteas, pueden ser de corto, mediano o largo plazo y una vez experimentado o incorporado en tu vida te planteas uno nuevo.
Quizás has decidido ser madre, este es un proyecto de largo plazo, empieza desde la primera idea de experimentar la maternidad, pasando por el encuentro con una pareja, la concepción de una vida y finalmente traer esta vida al mundo. En este punto ya eres madre y lo serás hasta tu último aliento.
Para algunas mujeres esto es suficiente, son madres han cumplido su propósito, no desean más, enfocan su energía en disfrutar la maternidad. Mientras que otras, siendo madres, querrán plantearse otros nuevos propósitos, por ejemplo una vida equilibrada entre todos sus roles de mujer, madre, esposa, hija, trabajadora, amiga, vecina, etc. Este nuevo propósito que nace probablemente en las sensaciones de estrés e incomodidad, del sentir que no puedes hacer todo lo que quieres como ir al gimnasio, acompañar a tus hijas a clases de futbol, visitar a tu madre los sábados, ir a la iglesia los domingos, salir con con tu pareja a solas, dormir 8 horas al día, entregar el nuevo diseño a tiempo, ver esa serie que te recomendó tu mejor amiga y la lista sigue, en este ambiente caótico nace una idea “deseo balance en mi vida” y por consiguiente un nuevo propósito, empiezas un nuevo camino, esta vez hacia ser equilibrada.
Los propósitos son elegidos, yo diría de una manera cruda que son autoimpuestos, nadie te los asigna, puedes tener más de uno, puedes cambiarlos en cualquier momento, esto te da todo el poder a ti
Vuelvo a preguntarte: ¿qué eliges como tu siguiente propósito? aquí te voy a dar algunas sugerencias para tus propósitos. Como nos enseñaron en el colegio los objetivos se plantean con verbos, con acciones, el verbo más poderoso es SER y esta es mi sugerencia, que tus propósitos empiecen con ser ¿qué deseas ser?, no qué quieres hacer o tener, si no ¿quién deseas ser? ser próspero, ser equilibrado, ser amoroso, ser feliz, ser bondadoso o cualquier otro que te plantees.
Recuerda que los juicios solo vienen de ti. La fuente de amor infinito te ama sin importar tu elección, entonces ¿quién deseas ser?
Ahora volvamos al punto central de este episodio, el que planteamos al inicio: ¿cuál es el sentido de la vida?
Habiendo dicho ya que las grandes verdades son simples y bellas, que los propósitos son elegidos por ti y que ninguna deidad externa va a juzgar tus decisiones, te respondo:
El sentido de la vida es VIVIR de acuerdo a como lo desees, de acuerdo a lo que has elegido SER. Tener una buena vida o no tenerla, depende de lo que para ti sea bueno, es decir, es subjetivo y al ser subjetivo, lo que es bueno para ti es diferente de lo que es bueno para mi. Si no te gusta tu vida o como vives, puedes cambiarla, establecer nuevos propósitos para ti y vivir de acuerdo a tus verdaderos deseos.
El poder está en ti. Elige libre de miedo o culpa. Elige con amor quien deseas ser.



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